Lo que queda[Libre]

Bueno, supongamos por un instante que no tengo nada que hacer, que no quedan pardillos a los que robar, mujeres 'maléficas' a las que seguir o mundos que derrocar. Supongamos, entonces, que mi misión por fin habría terminado y no tenía que volver a usar mi magia nunca más. ¿Dónde iría? A una isla desierta alejada del bullicio, mi mundo de origen u otro sitio.

¡Pero no! Mi misión no había terminado y no habían islas que valiesen. Para empezar decidí volver a Bastión Hueco, el cual ahora se supone que se llama Vergel Radiante, a buscar indicios, por mínimos que fuesen, de los que anteriormente gobernaban allí.

Vestido como siempre, como un gángster, anduve por las calles del mundo sin dirigir la palabra a patos parlanchines, un tío con la cara cicatrizada el cual me sonaba de algo, una ninja que del nombre le quedaba poco y una florista.

Por primera vez, caminaba muy seria por las calles, para su fortuna era un día nublado y aunque su poder se debiera a la luz, le gustaban mucho más que los días soleados.
y al parecer no era la única que caminaba de esa forma, era como si todos se movieran de una forma un poco más rápida, pero a ella no le pesara en tiempo, y al parecer a alguien más tampoco.
Se veía mucho más alto que ella, de cabello verde y no estaba nada mal, pero no podía adivinar qué tipo de persona era, también estaba un poco serio, pero se veía interesante, no parecía ser alguien aburrido y se veía que sabía bastante pero no le gustaba presumir.
se quedó tan ensimismada pensando que chocó contra el, le dio un poco de miedo porque el era mucho mas alto que ella-
ah.. yo... lo siento -le limpió la chaqueta- no era mi intención golpearte >.<'''

Otro día normal, para un miembro de la resistencia contra los sincorazón...como siempre, me peleaba con Cid como si fuéramos un par de niños...pero ésta vez sería distinto. Tan pronto llegué a donde me reunía con todos, no había nadie. Ni una nota, ni algún rastro de ellos.
*Sin duda... ¡Mi día libre ya llegó! Veamos a ver a quien me encuentro por ahí...tal vez un sincorazón que si sea un reto*
No dudé y corrí por las calles de Vergel Radiante a toda prisa, hasta que pude ver a distancia a dos personas en particular...
*Esos dos...jamás los he visto por aquí...*
Rápidamente corrí a un pequeño callejón que había y me quedé en mi escondite para tratar de seguir escuchando...

La única que me miraba en aquel bullicio constante de gente y palabras entre ellas, pasos y gatos maullando, era una chica de cabello azul y ojos... extraños. No podría haber definido un color entre el púrpura y amarillo; ¿tal vez añiles? No, no eran añiles. No eran siquiera de la misma escala cromática.

Dejémoslo. El caso es que me la quedé mirando porque sabía de que tarde o temprano DEBERÍA de girar. DEBERÍA de moverse del mismo carril en el que andábamos. DEBERÍA de haberlo hecho, pero no lo hizo. Por lo que, esperando como un pasmarote a que se moviese llegó el momento en que chocamos. Me ensució con... Algo... que cayó al suelo la chaqueta y muy arrepentida y sonrojada me estuvo limpiando.

No vendría mal dramatizar un poco, ¿verdad?

-¡Dios mío! ¿¡Por qué?!-fingí un llanto, vocalizando de forma descarada y moviendo los brazos como si estuviese a punto de darme un infarto.-¡Esa chaqueta me la regaló la Reina de Corazones! Oh, dios mío... ¡Reclamará mi cabeza y me querrá asesinar y yo...! ¿¡Qué puedo hacer?!

Unos segundos después de mi actuación de teatro reí.

-Tal vez me la desabroche.-la desabroché.-Me la retire.-me la retiré.-La doble.-la doblé.-La aguante con el brazo izquierdo...

Sonreí a la chica, con una fina risilla escapando de mis labios. La comisura de aquella sonrisa se veía sincera, y es que no tenía intención de enfadarme por una tontería tan grande como que mi chaqueta se haya ensuciado. Mientras me quedase ropa con la que vestir...

-Y haga como que aquí no ha pasado nada.-le revolví el pelo a la muchacha con aspecto de niña. En ese instante mis oídos me alertaron de algo que se movía de forma descarada justo detrás nuestra, de alguna caja cayendo... De un gato asustado. Es bueno tener, en cierta parte, las dotes de un sincorazón para poder detectar todas esas cosas que sin aquellos instintos se escapan de tus facultades. Me incliné hacia un callejón que, a pesar de estar a plena luz del día, se veía lo bastante oscuro como para no vislumbrar demasiado. Gruñí muy ligeramente, notando que algo me decía que AHÍ, justo AHÍ había algo.

¿Por qué no mostré más interés? La chica de ojos extraños lo acaparaba.

-Si me disculpas, tengo que partir hacia un lugar...-sonreí de medio lado. Me incliné, cogiéndola gentilmente de la mano y la besé cual caballero inglés, de forma lenta y pausada para ver su divertidísima reacción. Diez segundos después la solté y continué mi camino, directo hacia el Castillo de Bastión Hueco... O lo que quedase de él.

Spoiler:

Spoiler:

Se sintió un poco extraña debido a lo que el muchacho acababa de hacer, había sido sarcástico, dulce y un poco troll, diría ella, pero parecía que se había dado cuenta de que sus ojos no son normales.

sin embargo había percibido una presencia extraña que al parecer tenía el mismo tipo de luz que ella. ¿sería otro lightkeyblader?. se acercó a un callejón y encontró a un chico sentado y observando algo, pero al parecer no se dio cuenta de su presencia
-hola ¿qué haces a un lado del bote de basura? yo soy alice :3 -dijo gentilmente esperando ver si el muchacho le decía algo que le dejara saber si era un lightkeyblader-

¡T-t-taaha!
Asustado por que me descubrieron, salí sorprendido y algo asustado del lugar. Pero al oir como se presentó la chica, decidí calmarme y mostrar como un miembro del comité se comportaba.
Esto...yo soy Ailus. Y...
Por suerte recordé mi posición como miembro de la resistencia contra los sincorazón.
¡Soy Ailus, miembro del Comité de restauración de ahora Vergel Radiante, y miembro de la resistencia contra los sincorazón! Esto...tu no eres de éste mundo, ¿verdad?. Jamás había visto tu rostro...en fin. Sonaré algo grosero, pero te pido que me digas tu motivo de estar aquí y...y... *¡Rayos! ¡Me enfrento ante muchos sincorazón y no puedo hablarle bien a una persona extranjera! Sin duda Cid se burlaría de mí...*
Pero algo me llamo su atención. No tenía idea de que era, pero de verdad sentía que podía confiar en ella...
¿Sabes? Hablar en un callejón no es algo cómodo... ¿Que tal si vamos a la plaza principal? No estoy cómodo aquí... *¡Pero que pobre excusa! Es obvio que me sorprendió y eso me tiene nervioso...* Bueno, ¿vamos?

Firion caminaba a paso lento, pero decidido por las calles de Vergel Radiante, su hermoso lugar. No pudo evitar fijarse en el "espectáculo" de aquellas 3 personas. Los miro durante un corto periodo de tiempo, y decidió dirigirse hacia ellos. Se mantuvo un poco alejado, y mirándolos, saludó:

-Buenos días, disculpad mi intromisión, pero vosotros no sois de por aquí, ¿no?

Dijo en un tono respetuoso, a la vez que tímido, ya que no le gustaba hablar demasiado.

Spoiler:

Iba directo hacia la única entrada posible hacia las bastas llanuras que llevan hacia el castillo cuando.

¡Plof! Choqué contra algo. Era triste porque no di tan siquiera diez pasos y ya tenía mi primer obstáculo en el camino. Una... Película... Extraña se alzaba ante mí, como una barrera invisible que me impedía el seguir avanzando por el camino. Bufé.

-Es la barrera.-dijo una niña que tendría aproximadamente cinco años apoyada en una baldosa a mi diestra.

Acaricié la superficie de... aquella cosa, intentando penetrarla en cualquier punto con los dedos.

-Sólo el Comité de Restauración de Vergel Radiante puede pasar.-siguió hablando la niña con su voz infantil.-Antes jugaba fuera con mis muñecas pero...[...]

"¡Soy Ailus, miembro del Comité de restauración de ahora Vergel Radiante, y miembro de la resistencia contra los sincorazón!"

¿Miembro de Restauración, eh? Eso sería interesante... ¿Los mandamases del lugar? ¿Y ese chiquillo que justo detrás mía estaba dialogando... o intentándolo... con una muchacha y tío de-...?

¡Pero si era la tía que se chocó conmigo! Qué enorme, grata y afortunada casualidad. ¿Entonces el muchacho barbudo con el que hablaba, el que se presentó como 'defensor de la justicia del mundo', era el único que podría abrirme aquella peculiar puerta? Tal vez usase eso a mi favor.

¿Cuántas posibilidades habían de que descubriesen aquellos tres individuos mi origen como ser de la oscuridad? Pocas. Mis disfraces eran lo bastante fuertes como para que tan sólo las personas más poderosas descubriesen lo que ocultaba aquella fachada. Aunque, por si acaso, no me expondría demasiado~

Así, pues iba directo hacia ella, con un paso muy rápido sin llegar a correr y las manos en los bolsillos. Choque en tres, dos, uno.

-¡Disculpe, yo no sabía...!-el "por dónde miraba" murió en mis labios a propósito, viendo con los ojos desorbitados y el sombrero caído al suelo por el choque que di a la chica. Con el rostro descubierto, mis ojos amarillos clavados en ella(aunque realmente una parte mía mostraba todavía un estado de vigilia hacia los otros dos chicos) y un brazo extendido hacia su cintura para que no cayese por aquel toque "accidental" sonreí.-Vaya, ésto es una enorme y absoluta casualidad. Parece que estamos destinados a vernos, princesa~-me puse a reír.-Lo lamento, la primera vez no me presenté y ésta segunda tampoco. James, científico.-le cogí de la mano y la besé como la primera vez. Por supuesto, no soy científico ni mucho menos. Una estratagema para aplanar el terreno.

-James.-dije escueto, aunque sonriente, teniéndole la mano izquierda al chico que se hacía llamar 'Ailus' o algo así y la derecha hacia el otro albino que ni me importaba ni me importaría.

Spoiler:

Estábamos saliendo de la concurrida calle, cuando finalmente, en un punto donde no había tanta gente nos detuvimos.
-Bueno, ahora si. Permíteme presentarme formalmente, señorita Alice.-dije de manera respetuosa, asintiendo con la cabeza gentilmente y sonriendo un poco.
¡Soy Ailus, miembro del Comité de restauración de ahora Vergel Radiante, y miembro de la resistencia contra los sincorazón!
Pero mi corta presentación se interrumpió cuando ése sujeto llegó de nuevo...
-¡Disculpe, yo no sabía...!
Ése tipo de nuevo...algo no me caía bien de él...de cierta manera, me atrevería a decir que "me es familiar"...pero nunca lo había visto en mi vida...
-Vaya, ésto es una enorme y absoluta casualidad. Parece que estamos destinados a vernos, princesa~-respondió con una risa.
-Lo lamento, la primera vez no me presenté y ésta segunda tampoco. James, científico.
Acto después, llegó alguien más...alguien a quien no había visto antes en Vergel Radiante.
-Buenos días, disculpad mi intromisión, pero vosotros no sois de por aquí, ¿no?
El que se hacía llamar James estaba ahora besando la mano de aquella chica. No se por que lo encontraba una molestia, pero me dirigí entonces al aún desconocido residente.
-Yo soy un residente de aquí. Más bien--
-James.
Interrumpiéndome de nuevo, él ahora se dirigía a nosotros, extendiendo la mano. La tomé y saludé adecuadamente, al igual que el aún desconocido.
-Pues sin más interrupción, ahora si me presentaré. soy Ailus. Miembro del Comité de restauración de ahora Vergel Radiante, y miembro de la resistencia contra los sincorazón. Llevo mucho tiempo viviendo aquí, y no recuerdo haber visto tu rostro...-Dirigiéndose al joven de cabello blanco. Y tu definitivamente no creo que seas de por aquí. Recordaría...a alguien de buen vestir.-Ahora dirigiéndome a James. Iba a mencionar "esos peculiares ojos", pero recordé algo que aprendí de los de la resistencia..."Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos mas cerca aún..."

SPOILER:

Spoiler:

miró a los tres chicos y algo no andaba bien, no estaba segura de qué era, pero de cualquier manera tenían algo en común, los tres tenían un corazón fuerte, las intenciones de cada uno eran las que variaban.

y para colmo el mismo chico había chocado con ella de nuevo.-ehh, ¿te quisiste vengar por el golpe accidental verdad? -le dijo ríéndose- no te preocupes, yo soy alicia o me puedes decir alice, soy una keyblader en entrenamiento. y el es Firion, un guerrero muy fuerte, ya lo he visto pelear y sabía tu nombre -dijo refiriéndose a Firion y le sonrió- y a el lo acabo de conocer, creo que lo asusté y se puso nervioso -se rió de la situación pero no pensó si eso podía incomodar a los tres chicos.

Al oír la risa de Alice, se guardó su expresión de pena tan solo cruzándose de brazos y mirando a otro lado, pareciendo estar enojado cuando de verdad era notable su pena. Pero mientras los tres no miraban por un momento, Ailus miró atentamente a James algo molesto.
*Si claro, golpe accidental...*
Se incorporó de nuevo normalmente, para luego dirigirse hacia Firion.
-¿Firion, eh? Pues un honor conocerte.
Pero agitó su cabeza rápidamente al recordar algo que comentó Alice.
-¡E-espera! ¿Dijiste "keyblader en entrenamiento"? ¿Eres una keyblader?
Se sorprendió al oír precisamente ésa palabra. "Keyblader". Era la primera vez que sabía de alguien que porta una keyblade, aparte de él. Además de "en entrenamiento". ¿Otro portador la entrenaba para usar la keyblade? ¿Existen mas portadores? Ahora le llamaba la atención Alicia...

Lucha contra los sincorazón... Cuanto menos interesante. El que se presentó como Ailus me hizo comprender que estaba informado de aquellos seres y, es más, tenía de alguna forma el poder físico o mental suficiente para erradicarles de la faz del mundo. ¿Me debería sentir intimidado? Al principio no demasiado; en primer lugar porque no tengo miedo a nada y, en segundo, porque me habría delatado a mí mismo, diciéndoles de una forma sutil "eh, mírame. Soy un sirviente de la oscuridad y estoy cagado de miedo".

Fue un alivio el que dijese que formaba parte del Comité de Restauración, porque de ésta forma podría ahorrarme el dramatismo de "el científico desamparado que busca desesperadamente a alguien que le pueda abrir la puerta"... Volviéndome "el científico desamparado que busca que Ailus le abra la puerta".

-Bueno, ya sabes lo que suelen decir.-dije, mirando directamente a los ojos al chico, entrecerrándolos y después sonriendo: en ése orden.-"Dame unos mocasines y moveré el mundo"-reí. Me incliné ligeramente para, sin perder mi posición estratégica(que no os engañen: las batallas argumentales son las más importantes) al lado de la bella chica Alicia, delante del albino presentado como 'Firion' y al diagonal del barbudo Ailus, para recoger el sombrero que, por el choque, cayó al suelo. Lo limpié espolvoreándolo con la palma de la mano allá donde se ensució de la habitual arenisca de las calles.

-Es un placer, princesa Alice. Al igual que lo es por el caballeroso Firion.-me incliné ante él, echando la cabeza hacia abajo en una muestra de sumisión: algo que solían hacer los campesinos vasallos de las épocas antiguas ante sus señores caballeros.

No mencioné a Ailus. No me agradó su actitud hacia mí desde un primer momento, sus palabras llenas de ironía y viceversa. Aunque era un punto dé-...

... Fuerte. Vale, acaba de volverse un punto fuerte cuando Alice, la bella princesa Alice, la hermosa chica con la que choqué haría un par de minutos reconoció su posición como aprendiz de Maestro de la Llave Espada. Eso... complicaba... las cosas. Las complicaba mucho, puesto que ahora tenía a dos personas ante mis mismísimos ojos en mi más absoluta contra. ¿Un inconveniente enorme? No demasiado. Ninguno de los tres desconfiaban de mí; el disfraz era lo bastante sólido y fuerte como para que no tuviesen ni la más remota idea de que era un sincorazón, por la que podía huir en ese mismo momento.

Pero perdería una oportunidad muy buena.

Me coloqué el sombrero, ya decentemente impoluto, en la cabeza. Sonreí de medio lado y reí ante la expresión de Ailus.

-Permíteme decirte, Alice, que con lo que acabas de decir de 'Kayblader' has asustado al ya asustado 'Miembro del Comité de Restauración de la ahora Vergel Radiante'.-puse una mano sobre el hombro tenso del chico que tartamudeó y prácticamente gritó incrédulo aquella palabra que, en definitiva, no debería conocer.-Tranquilo, muchacho.-'muchacho' precisamente no era, porque tendría un par de años menos que yo. Igualmente le llamé muchacho por el aspecto aniñado.

De pronto tuve una idea de cómo engañar a los tres... Un plan para colarme en el castillo gracias a la ayuda de aquellos cazadores de sombras.

-Alice.-la miré directamente a los ojos, sonriendo y mirándola con una inocente curiosidad, falsa, escrutándose en mis ojos.-¿Podrías darme más información acerca de... eso que acabas de decir? ¿'Kayblader' era?-le pedí, siendo gentil e incluso amigable. En ningún instante mostraba maldad, crueldad, malignidad y similares sentimientos. Parecía, en casi todo, una buena persona... con buen gusto para la moda.

-El Maestro Ansem mencionó ese nombre en uno de sus informes.-dejé caer el nombre de Ansem el Sabio. Esperaba que las preguntas sobre si le conocía se disparasen... pues eso me acercaría un poco más hacia el castillo.

Sorprendido por lo que dijo, James rió de la sorpresa que se llevó.

-Permíteme decirte, Alice, que con lo que acabas de decir de "Kayblader" has asustado al ya asustado "Miembro del Comité de Restauración de la ahora Vergel Radiante".

Puso su mano sobre el hombro de Ailus, seguido de unas palabras.

-Tranquilo, muchacho
*¿Muchacho? ¡Si supieras...! No, cálmate...algo soltará...*
-Alice. -Miró hacia ella, sonriendo y mirándola con cierta curiosidad. -¿Podrías darme más información acerca de... eso que acabas de decir? ¿"Kayblader" era?
*Ahora él mencionó eso... ¿Por qué le interesa eso? Esto se pone interesante...*
-El Maestro Ansem mencionó ese nombre en uno de sus informes.

Ahora mi interés había crecido. Pero mejor me callé y me puse a escuchar lo que él quería saber...

Spoiler:

le pareció extraño que james la llamara princesa, miró a los tres chicos de una forma curiosa, no es que ella fuera tonta, pero era un poco inocente y siempre le parecía que todos tenían un buen corazón, las cosas que los determinaban a hacer cosas malas o dañar a los demás se debían a traumas o dolores fuertes en su corazón.

-si verás.. -dijo un poco entre avergonzada, tímida y temerosa- yo voy más encaminada a la curación pero no soy mala peleadora, hasta ahora me estoy entrenando yo sola, pero me gustaría que alguien más experimentado me entrenara, que me dices tu Ailus? me entrenarías?

-miró a los otros dos chicos y se dio cuenta de que robert tenía cara de curiosidad pero alegría y james estaba curioso pero asustado, sólo que no sabía porqué-

-Hey james, no te preocupes, no muerdo, bueno, sólo la comida, pero a la gente no, creo que eso no es divertido -se río para sí.

SPOILER:

-¿Dijiste entrenarte? Pues no me suena nada mal. Claro, no he peleado con TANTOS sincorazón...pero si. Acepto si tu quieres...además de que creo que la típica plática de "¿De donde vienes? Jamás te he visto por aquí" será para otra ocasión.
Aunque a pesar de tener que "vigilar" Vergel Radiante, había algo que aún le preocupaba. Se golpeó la frente, mientras apretaba sus párpados.
-¡Ya lo sabía! Todos se tomaron un descanso mientras que a mí me dejaron un asunto pendiente en las ruinas de ÉSE castillo. Un lugar prohibido para todos.
Corrió a un extremo de la plaza, para luego apuntar hacia la distancia. Hacia un castillo en ruinas.
-Bueno Alice, si quieres entrenar, ésta es tu oportunidad...¡además de darte un tour por una zona restringida! Solo los miembros del comité pueden pasar...pero si vienes conmigo, no habrá problema.-Terminó cruzado de brazos, esperando una respuesta.

¡La llamada Alice sí era amable! Incluso si no fuese una Kayblader podría pensarme detenidamente el si tener el enorme placer de hacerla una amiga. Por desgracia, señoras y señores, caballeros y damas, aquella chica de ojos extraños era, ni más ni menos, que una Dama de la Luz. Todo se había derrumbado interiormente entre nosotros, pues el lazo era casi insondable.

Por un momento podríamos haber sido amigos, al menos.

Respecto a Ailus... ¡Se delataba él solo! No paraba de mirarme, de mirar a la chica, de escrutarnos a ambos de forma distinta. Se presentó como otro Kayblader y mi alma se cayó a los pies. ¿Dos enemigos en un sólo día? Bien, James. ¡Al menos podrían haberme dejado que les invitase a un helado antes de declararme la guerra!

Por último el llamado Firion. No sabía casi nada de él; por lo que parecía era de pocas palabras, pero por el momento estaba seguro de dos cosas. La primera es que era amigo de Alice(o al menos conocido), por lo que supuse que tampoco tendría en demasiada estima a los sincorazón. La segunda es que no podía ser él también un Kayblader(más que nada porque la chica le presentó como un 'guerrero muy poderoso'). ¡Gracias a Dios! Tres en un sólo día sería demasiado para mi marchito corazón. En cierta parte era un alivio, era muy guapo~(aunque... siendo sinceros me gustaba más la princesita).

-¡Lo siento, princesa! No quería parecer asustado. Es sólo que...-me alejé un poco para que las distancias entre ambos no se quedasen muy pesadas.-Bueno, que como Ailus se puso tan tenso al oír 'Kayblader' supuse que sería algo horrible.-reí.-Un hombre tan maduro, con un vendaje en la pierna, actitud severa, responsabilidades tales ante un mundo enorme... y barbudo... impresionándose por dicha palabra impone.-describía al miembro del comité como quien no quiere la cosa, rematando y dramatizando sobretodo la palabra 'barbudo'. No me gustan las barbas.

Empezaron a hablar de ayudarse mutuamente siendo uno maestro del otro, aprendiendo de forma pecaminosa del contrario. Saqué mis conclusiones, pues se suponía que no debería saber nada de los 'Kayblader' salvo lo estipulado en los Informes de Ansem y las palabras de ambos chicos.

-Ajá.-solté de forma cantarina cuando hubieron terminado, buscando las palabras adecuadas para no parecer demasiado ingenuo ni enterado en el asunto.-Los Kayblader vienen de las estrellas, como su propio nombre indica son hombres... y también mujeres... que dominan el control de un arma llamada 'Llave Espada'. Controlan magia ofensiva.-dije mirando a Ailus, como buscando una aprobación hacia mis afirmaciones.-Y curativa.-dirigí una mirada idéntica hacia Alice, clavando mis ojos en los suyos de la misma manera que hacía con Ailus, con la única diferencia de que ella tuvo una de mis sonrisas.

¿Parecí demasiado enterado? Pensé unos segundos qué decir erróneo para que no sospechasen sobre mi sapiencia en el tema a parlar.

-Por lo que mi Maestro Ansem mencionaba en sus Informes y nos hizo saber, un príncipe de las estrellas era el portador de dicha arma.-fruncí el ceño y me acaricié la sien. De pronto chasqué los dedos y me acerqué de nuevo hacia Alice, cogiéndola efusivamente de las manos y mirándola con una sonrisa y ojos emocionados.-¡Entonces, Alice, sois una princesa!-le apreté más fuerte las manos, mirándola con la emoción que hubiera sentido una persona común al ver por primera vez en su vida un miembro de la realeza de un mundo, ya o no distinto al suyo. Giré el rostro hacia Ailus, ensanchando la sonrisa todavía más mirándole directamente a los ojos.-¡Y tú debes de ser un príncipe!-me acerqué a él y le cogí de las manos con la misma fuerza e ilusión que Alice.

Cuando corrió y señaló al castillo me lo quedé mirando. Ah, si mi corazón volviese a latir como siempre lo hacía estaría desbordándose de mi pecho. ¡El chaval me iba a llevar a la boca del lobo! ¿No es fantástico?

-Vaya, ¿ese castillo es suyo, príncipe Ailus?-parpadeé varias veces, muy impresionado.-Si le soy sincero, majestad...-comencé, mirándole de forma seria a él, Alice y Firion.-He viajado muchos mundos para entrar en ése castillo.-me giré hacia ellos, con mis ojos amarillos oscureciéndose ligeramente por una nube que tapó el poco sol que había encima nuestra.-Llevo mucho tiempo investigando acerca del paradero de Ansem. O, al menos, el de su hijo.-Ansem no tiene hijos, pero eso los chicos no lo sabían. Además, podría usarlo a mi favor más adelante. Señalé al castillo con un brazo, azuzándome el sombrero con la otra mano, mirando y señalando muy serio al castillo.-Estoy seguro que allí arriba hay pistas sobre su paradero.

Firion miro a James, frunciendo el ceño, confuso. Ya no entendía su carácter, ni seguía entendiendo la frase "Dame unos mocasines y moveré el mundo". Intento tomar la compostura, y apoyando su mano en la cintura, miro a los dos "Kayblader". Y luego paso a mirar el castillo, que estaba derrumbado, y mirando a James otra vez, frunciendo aun el ceño. Se mantenió callado, rascándose la parte trasera de la cabeza. Tenia muchas dudas en su cabeza, pero prefirió callarse.

Spoiler:

Pues... nuca había considerado el hecho de que soy una princesa, yo sólo quiero ayudar a los demás y sinceramente me gusta mucho hacer amigos, si ustedes me lo permiten -miró de nuevo a los tres chicos y luego sintió un .. dolor? podría decirse? no.. tenía hambre- ehmm.. pero me gustaría comer antes de ir al castillo si es que eso no les molesta a ninguno y creo que no puedo pelear con el estómago vacío, además -se dirigió esta vez a Firion- no has hablado mucho y ellos dos prácticamente ya son los mejores amigos -sonrió y luego le volvió a dar el retortijón de hambre- =____=''''

Firion miro por un segundo serio a Alice, pero luego miro a otro lado, debido a su timidez. Y respondió a Alice, ahora mirando a James y a Ailus, con un gesto de desconfianza.

-Yo soy un guerrero, no un charlatán.

Se puso de brazos cruzados, mirando hacia otro lado, aun con gesto de desconfianza, apenas los conocía, y no sabia si eran de fiar. Sobretodo James, que ahora montaba un "espectáculo",

Por el espectáculo que había hecho James, ahora lo consideraba un ser sumamente extraño.

*¡Si claro, yo un príncipe...! ¡Hehe!*
-Vaya, ¿ese castillo es suyo, príncipe Ailus?-dijo parpadeando rápidamente. *¡CLAAARO que es mío! Solo que lo tuve que hipotecar...me hacía falta un poco de munny ¿Sabes?* -He viajado muchos mundos para entrar en ése castillo. Llevo mucho tiempo investigando acerca del paradero de Ansem. O, al menos, el de su hijo.

¿Un hijo de Ansem? Eso sonaba algo...curioso...
Después apuntó con una mano hacia el castillo de manera seria, mientras que con la otra se acomodaba el sombrero.

-Estoy seguro que allí arriba hay pistas sobre su paradero.
-Pues me suena bien... *Lo que sea que ellos quieran...será la primera vez que pueda acercarme lo suficiente al castillo...*
-Eehmm... pero me gustaría comer antes de ir al castillo si es que eso no les molesta a ninguno y creo que no puedo pelear con el estómago vacío, además...-Ésta vez, dirigiéndose a Firion.
-...no has hablado mucho y ellos dos prácticamente ya son los mejores amigos
*¿Mejores amigos? No usaría esas palabras.Aunque claro, ya no tengo TAANTA desconfianza...y mis únicas preguntas para dejarlos en paz eran "¿De donde vienes?" y "¿Cómo llegaste aquí?"...recuerdo que Merlín me habló de otros mundos...pero DEFINITIVAMENTE se saltó la parte de como viajar. Quisiera saber como son los mundos de afuera...*

Ahora Firion miraba de reojo a James y a Ailus, con un gesto de desconfianza.

-Yo soy un guerrero, no un charlatán.
*Bueno...James es alguien extraño en muchos sentidos...aunque ya no desagradable. Alice una chica alegre y keyblader...y por último Firion errr...definitivamente dejo las preguntas para luego...* -Bueno Alice, si tienes tanta hambre podemos parar en casa de Merlín. Tal vez no se encuentre, pero no se molestará si comemos ahí.
-corrió unos metros en dirección hacia las calles del lugar, para luego esperar a Alice.

ah! -dijo con un gesto muy feliz- muchísimas gracias la verdad es que a eso venía, pero me parece mas interesante la gente que la comida.

de hecho si quieren yo puedo cocinar, se me da muy bien, no es porque sea mujer o algo así, es que la verdad me gusta mucho, y les puedo cocinar lo que se les antoje.

-por cierto Firion a que te refieres con eso de "yo no soy un charlatán", Ailus ¿como conoces a merlín? y james... -se detuvo un momento en medio de la calle- ¿Qué haces en este lugar? -le miró con curiosidad, pero james parecía estar sudando frio.

Estaba tan jodidamente cerca... Y tuvo la princesita que tener hambre. Mi gozo en un pozo, ¿dónde iríamos a comer? ¿Sería algún lugar que me hiciese perder posiciones tácticas en aquella batalla que, lenta pero consistentemente, estaba ganando a aquellos tres individuos? Esperé paciente, mirando a la chica y sonriendo de medio lado. Demostraba en cada facción de mi rostro mi desilusión por aquel imprevisto, pues después de todo tanto James el Sincorazón como James el Científico tenían la misma ilusión, o el segundo incluso más, de entrar en aquel castillo y encontrar pruebas. Lo que cambiaba en cada una de esas dos personalidades con las que estaba jugando(la creada para ganar y la real para perder) eran sus razones.

Entonces el chico habló y me lo quedé mirando escrutando cada una de sus acciones, gestos y movimientos. "Soy un guerrero, no un charlatán". Esa frase tenía un sentido mayor, pues obviamente no soy estúpido y supe que se refería a que tanto Ailus como yo estábamos hablando demasiado. Pero, ¿cómo habría quedado la conversación si tanto él como yo estuviéramos mostrando la misma actitud que el 'guerrero'? No habría conversación, directamente. Alice nos estaría hablando y nosotros responderíamos escuetos o, directamente, no lo haríamos. Su idea no me agradaba demasiado, pues el silencio podría haber hecho que la desconfianza entre yo y ellos aumentase y... ¿Quién sabe lo que habría pasado si me hubiera quedado en silencio?

-... Si me permites decirlo...-comencé, mirando a los ojos al chico. Procuré ocultar cualquier atisbo de crueldad u odio. Creo que lo hice bastante bien, porque incluso espeté una de las sonrisas más condescendientes que mostré en mi vida.-La conversa es la forma de comunicación más completa que existe. Si no conversáramos, Firion...-reí entre dientes, tres veces, con cierta ironía.-... Digamos que todavía seguiría llamándote "chico albino".

No procuré en mis palabras parecer cruel o reírme de él, aunque por dentro su frase me hizo descojonarme interiormente. Los guerreros son muy graciosos... Ineptos, vulgares y con un ego tan grande que el patetismo queda insostenible en sus manos. Aunque Firion era amigo de Alice, por lo que supuse que tenerle en la palma de mi mano me haría ganar definitivamente aquella guerra silenciosa que nos habíamos declarado mutuamente todos.

¿Debería seguir haciéndome el inocente o adoptar otra postura un poco más propia de mí mismo? Por el momento haría lo segundo. Ya vería más tarde cuál era la más apropiada.

Me acomodé la chaqueta en mi brazo izquierdo y lo pasé al derecho, suspirando al ver al chico corriendo por las calles esperándonos. Bufé con fuerza al oír la palabra "Merlín" e incluso me puse muy tenso. Odiaba a Merlín el Encantador sobre todos los magos. ¿No podía haber sido otro? ¿Tenía ese muchacho que conocer al maldito y endemoniado Merlín? Intenté relajarme, sonriendo todavía un poco tenso a Ailus.

-¿Todos los miembros del comité sois tan activos? ¿Nadie en éste mundo sabe andar o eres un caso especial?-mencioné como suelo, en un tono irónico y bromista observando que el chico, desde que le había visto, en ningún instante andaba. Siempre corría... ¿No se cansaba todo el santo día de un lado para otro?

Alice habló y le clavé la mirada. No habría sabido bien qué responder. Lo primero que hice fue andar hacia ella, siguiendo al chico que les guiaba hacia la boca del lobo. La casa de un hombre que podría descifrar enseguida su verdadera naturaleza. Estaba empezando a sudar. ¡No, James! Debes mantenerte recio. Además, el niñato del vendaje dijo que no había nadie en su casa... y debes de procurar parecer sereno e inescrutable ante el guerrero... Me sequé el rostro una única vez con uno de los pliegues de la chaqueta manchada(obviamente, uno limpio) y reí mirándola ahora muy relajado, desapareciendo el nerviosismo casi por completo de mis peculiares y únicos ojos amarillos.

-Hace mucho tiempo huí de mi hogar en Ciudad de Paso. Llegué hasta aquí siendo apenas un niño y Ansem me trató casi como su propio hijo, salvándome y volviéndome un pequeño ayudante a su disposición.-avancé por el camino, con los chicos a mi derecha, sin la prisa de nuestro guía del comité.-Un día me fui junto con unos investigadores a un mundo apunto de ser tragado por la oscuridad. Cuando volvimos a Vergel Radiante... Ahora se llamaba Bastión Hueco, y sus nuevos inquilinos no nos tenían aprecio.

Hice una pausa y puse una mueca de tristeza.

-Esa es mi historia, príncipes y guerrero. ¿Cuál es la vuestra? ¿Cómo habéis llegado aquí?

Rezaba porque Merlín no se encontrase dentro.

Spoiler:

Firion miro y escuchó a Ailus, y se apartó un poco, luego escuchó las varias preguntas de Alice. Firion, miro a Alice, ahora con una mirada inexpresiva. Y respondió:

-... Déjalo. -Una respuesta simple y sin muchas ganas, a decir verdad.

Luego escucho a James, que dijo:

-... Si me permites decirlo..

Lo escucho atentamente, aun sin mirarlo.

-La conversa es la forma de comunicación más completa que existe. Si no conversáramos, Firion...

Lo miró ahora, con un gesto de seriedad.

-... Digamos que todavía seguiría llamándote "chico albino".

Se puso de brazos cruzados, en una postura decidida, y le respondió.

-Cierto, y a ti te habría llamado "chico arbusto". -Respondió, con una leve sonrisa, aunque pronto se desvaneció.

Escuchó a James hasta el final, y cuando preguntó nuestra historia, dirigió la mirada a otro lado, con los brazos aun cruzados, y respondió con un tono indiferente.

-¿Y para que quieres que te lo cuente? ¿Para fingir que te importa?

SPOILER:

-¿Todos los miembros del comité sois tan activos? ¿Nadie en éste mundo sabe andar o eres un caso especial?

Con una sonrisa, giré a verlo por un momento, caminando hacia atrás.

-¡Pues puedes considerarme un caso especial!-dije con una sonrisa, y de nuevo giré para seguir guiándolos.

De verdad que lo era...ya que algo despertó en mi desde que conocí por primera vez el castillo, después de mi "secuestro"...era como si hubiese estado en un solo lugar. Sin moverme por demasiado tiempo por todos esos doce años...y lo curioso fue que me era familiar ése castillo, y no porque siempre haya estado ahí. Era por algo completamente distinto...
Escuché con atención la historia de James mientras caminaba. ¿Entonces él vivió también en Vergel Radiante un tiempo? ¿Y vivió en aquel castillo, el Bastión Hueco, junto con Ansem el sabio? Parecía alguien de interés...su ida a un mundo en tinieblas, su regreso al cambiado Bastión Hueco...concordaba con la historia que me contó León...

-Esa es mi historia, príncipes y guerrero. ¿Cuál es la vuestra? ¿Cómo habéis llegado aquí?
-¿Y para que quieres que te lo cuente? ¿Para fingir que te importa?

Algo me llamó la atención de Firion... ¿"Fingir"?...definitivamente hablaría con él después, cuando me ganara su confianza de otra forma.

-Pues si interesa o no, eso se los dejaré a ustedes, que a mi siempre me encantan las historias...-respondí con un tono de nostalgia.
Ésta vez nos detuvimos un momento en una calle. Había demasiada gente caminando, y ya conocía "su tráfico". En pocos momentos se irían.

-Yo vivía aquí, en Vergel Radiante. Pero a una joven edad, recuerdo haber sido secuestrado por seres extraños...seres sombríos, diría yo. No los recuerdo bien...-mencioné recargándome en una pared, relajándome un momento, exhalando y mirando hacia arriba, tratando de atrapar al menos un pequeño recuerdo de esos doce años perdidos...-Pero doce años después, con Vergel Radiante siendo restaurado, desperté en una cama siendo atendido por los miembros del comité. ¿Que fue de mi familia y amigos? Tragados por la oscuridad...¿Que fue de mi? Ni idea...pero lo curioso es que podía controlar la Keyblade: "un arma contra los sincorazón" eso dijo León. ¿Por qué la poseo, y donde estuve esos doce años? No lo sé. Me convertí en miembro del comité para poder restaurar éste mundo. Restaurar mi hogar. Y me uní a la resistencia para volverme fuerte, y un día salir a otro mundos, a tratar de averiguar donde estuve, por qué estuve ahí y por qué puedo invocar una Keyblade. Escuché a Merlín mencionar en una ocasión a un tal "Maestro Yen Sid"...y siempre que le pregunto por él, cambia radicalmente el tema.

Ahora la multitud se disipó, con mas comodidad de caminar.

-Pues bueno. Ahí delante está la casa de Merlín.

Caminando unos metros, toqué la puerta, y la abrí con un sonoro rechinido. Los libros estaban en orden, la mesa limpia...definitivamente no había nadie en casa.

-¿Vienen?-dije con una sonrisa, para luego entrar en la casa y dejar la puerta abierta para los invitados.

Spoiler:

Entró con cuidado, y observó los libros, prácticamente podría haber perdido al apetito de sólo leer los maravillosos títulos que tenía delante. pero ella hambre es mas fuerte, así que se adentró a la cocina y sentó a los tres muchachos en la mesa, mientras con una sonrisa cálida les dijo:

-¿Que les apetece comer? lo digo en serio, puedo cocinar cualquier cosa, esta cocina tiene de todo.

por la cabeza de alice pasaban tres pensamientos
*James es lindo pero creo que tiene un alma traviesa y agitada, y no estoy segura de que ese ser que muestra en estos momentos sea el mismo*
*Firion es serio y creo que me odia ._. pero tiene un buen corazón*
*Ailus es dulce y tiene capacidad de líder, pero es muy inseguro*
*me pregunto.... ¿que les gustaría comer con personalidades como esas?*