Recuerdos de un mundo que nunca he conocido {Libre}
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Recuerdos de un mundo que nunca he conocido {Libre}
Un día más mis ojos encontraron el cielo una vez más. Un cielo de un color tan intenso que dolía a los ojos y que llenaba mi mente de recuerdos. Recuerdos fútiles, sin sentido, llenos de personas que ayer estaban y que ahora no.
Mi mundo ha muerto, tanto como esas personas.
Mentiría si dijese que ello ha significado algún tipo de problema o trauma para mi existencia. Eran conocidos, nada más. Personas con unos lazos invisibles tan débiles que seguramente no habrían notado mi falta en ese punto del espacio-tiempo...
-Vergel Radiante ha dejado hace tiempo de tener flores -susurré para mi mismo, levantando mis huesos del suelo.
Literalmente sabía que mi mundo no había desaparecido, sino que lo estaba pisando pero muchos años en ese peculiar futuro lleno de inexactitudes. Aún así, mi corazón parecía preferir "pensar" que había desaparecido por completo, lo había eliminado... y continuaría de esa forma hasta que supiese como regresar a mi tiempo.
Llevaba aproximadamente dos semanas por aquel lugar conocido y al mismo tiempo misterioso. ¿Qué hacía? Vagar, preguntar, ansiar respuestas como buen investigador que me considero... Desgraciadamente todo tiene la misma respuesta: Ansem
Mi nombre. Pero no soy yo. No aún, al menos...
¿Destrucción del mundo? Ansem ¿Hombre encapuchado? Debido a Ansem... ¿Puertas temporales? Que gracia, cuando la nombré la gente dejó de hablarme, pensando que estaba loco.
De todas formas fueron pocos los que se decidieron a darme el nombre maldito del destructor de Vergel Radiante... Al menos fue bueno que no pidiesen mi nombre... Mentir nunca fue de mi agrado.
-"Se coge antes a un mentiroso que a un cojo..." o eso dicen
Pasé de la zona residencial a paso rápido, arrastrando con desgana aquella extraña espada que me había otorgado el desconocido.
Aquel era otro de los misterios que debería resolver, y que conocería su respuesta con el paso del tiempo. Y esperaba que poco tiempo...
Fuera de la zona de las casas, me interné en unas escaleras de piedra que me conducirían al castillo o a un acantilado. El castillo estaba cerrado a cal y canto por las obras... Ya había intentado entrar en varias ocasiones... Así que iría el único lugar que aunque desolado, lograba calmar mis caóticos pensamientos.
El acantilado de azul intenso lo rodeaba todo, era como una gran garganta salida de la nada. Era extraña, no encajaba en absoluto... Y más con aquellos puntos negros que la recorrían de vez en cuando. Yo sabía lo que eran, al menos en aspecto: seres oscuros con ojos capaces de brillar en la penumbra... Pero desconocía su nombre.
Los había observado de lejos, por anhelo a reunir datos, pero estos no se me habían acercado... Ni a mí, ni a la población, por lo que de momento me parecían inofensivos... Tanto como una mascota sin adiestramiento...
Dejé descansar mi cuerpo en uno de los resquicios de cara al acantilado y dejé las piernas colgando: un gesto extrañamente infantil en mi. Luego acaricié con la yema de los dedos mi peculiar arma, preguntándome de nuevo que significaría, de donde había salido o por qué había sido capaz de abrir la puerta al futuro que estaba pisando ahora.
Un futuro que, según aquel encapuchado, no me pertenecía.
Mi mundo ha muerto, tanto como esas personas.
Mentiría si dijese que ello ha significado algún tipo de problema o trauma para mi existencia. Eran conocidos, nada más. Personas con unos lazos invisibles tan débiles que seguramente no habrían notado mi falta en ese punto del espacio-tiempo...
-Vergel Radiante ha dejado hace tiempo de tener flores -susurré para mi mismo, levantando mis huesos del suelo.
Literalmente sabía que mi mundo no había desaparecido, sino que lo estaba pisando pero muchos años en ese peculiar futuro lleno de inexactitudes. Aún así, mi corazón parecía preferir "pensar" que había desaparecido por completo, lo había eliminado... y continuaría de esa forma hasta que supiese como regresar a mi tiempo.
Llevaba aproximadamente dos semanas por aquel lugar conocido y al mismo tiempo misterioso. ¿Qué hacía? Vagar, preguntar, ansiar respuestas como buen investigador que me considero... Desgraciadamente todo tiene la misma respuesta: Ansem
Mi nombre. Pero no soy yo. No aún, al menos...
¿Destrucción del mundo? Ansem ¿Hombre encapuchado? Debido a Ansem... ¿Puertas temporales? Que gracia, cuando la nombré la gente dejó de hablarme, pensando que estaba loco.
De todas formas fueron pocos los que se decidieron a darme el nombre maldito del destructor de Vergel Radiante... Al menos fue bueno que no pidiesen mi nombre... Mentir nunca fue de mi agrado.
-"Se coge antes a un mentiroso que a un cojo..." o eso dicen
Pasé de la zona residencial a paso rápido, arrastrando con desgana aquella extraña espada que me había otorgado el desconocido.
Aquel era otro de los misterios que debería resolver, y que conocería su respuesta con el paso del tiempo. Y esperaba que poco tiempo...
Fuera de la zona de las casas, me interné en unas escaleras de piedra que me conducirían al castillo o a un acantilado. El castillo estaba cerrado a cal y canto por las obras... Ya había intentado entrar en varias ocasiones... Así que iría el único lugar que aunque desolado, lograba calmar mis caóticos pensamientos.
El acantilado de azul intenso lo rodeaba todo, era como una gran garganta salida de la nada. Era extraña, no encajaba en absoluto... Y más con aquellos puntos negros que la recorrían de vez en cuando. Yo sabía lo que eran, al menos en aspecto: seres oscuros con ojos capaces de brillar en la penumbra... Pero desconocía su nombre.
Los había observado de lejos, por anhelo a reunir datos, pero estos no se me habían acercado... Ni a mí, ni a la población, por lo que de momento me parecían inofensivos... Tanto como una mascota sin adiestramiento...
Dejé descansar mi cuerpo en uno de los resquicios de cara al acantilado y dejé las piernas colgando: un gesto extrañamente infantil en mi. Luego acaricié con la yema de los dedos mi peculiar arma, preguntándome de nuevo que significaría, de donde había salido o por qué había sido capaz de abrir la puerta al futuro que estaba pisando ahora.
Un futuro que, según aquel encapuchado, no me pertenecía.
Ansem- Dark keyblade
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Fecha de inscripción : 28/08/2012
Re: Recuerdos de un mundo que nunca he conocido {Libre}
Estaba de nuevo haciendo otra misión para la Organización. Una puerta oscura de la organización suele equivocarse en ocasiones. Te coloca en un lugar erróneo. En esta ocasión, tras salir de la puerta, aparecí en el Vergel Radiante.
- Rayos. Odio este portal, siempre me pone en lugares erróneos. Bueno, buscaré un sincorazón. - Me dije a mi mismo.
Estaba en un lugar extraño para mí, y nuevo. Caminando me encontré con un humano, este estaba descansando. Pero mi instinto nunca falla.
- ¡Tío, espabila! - Grité mientras hacía aparecer mis dos Chakram.
Unos monstruos negros que yo conozco como sincorazón estaban bajando de un portal oscuro de una forma que parecía infinita. Esperaba que el huyera, o mejor, que me ayudará a combatir contra estos monstruos tan odiosos.
- Rayos. Odio este portal, siempre me pone en lugares erróneos. Bueno, buscaré un sincorazón. - Me dije a mi mismo.
Estaba en un lugar extraño para mí, y nuevo. Caminando me encontré con un humano, este estaba descansando. Pero mi instinto nunca falla.
- ¡Tío, espabila! - Grité mientras hacía aparecer mis dos Chakram.
Unos monstruos negros que yo conozco como sincorazón estaban bajando de un portal oscuro de una forma que parecía infinita. Esperaba que el huyera, o mejor, que me ayudará a combatir contra estos monstruos tan odiosos.
Gabo- Organitaton XIII
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Fecha de inscripción : 12/09/2012
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