Una misión distinta...
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Una misión distinta...
Esto pasó justo un año después de que yo volviera al Vergel Radiante...
No llevaba mucho de haber recibido mi entrenamiento por parte de León, y conocía poco de los sincorazón. Además de que no conocía a los miembros del comité del todo bien...pero después de ésa misión, las cosas se volvieron...interesantes...
Me desperté como cualquier día, excepto que ahora Merlín estaba también en mi cuarto.
-¡Oye, al menos déjame vestirme!
Me respondió con una sonrisa, una burla ligera y con un aviso de parte de León. Los demás estaban ocupados con ciertas cosas de la reparación, así que quería verme solamente a mi en el muro exterior, específicamente el cuál llevaba al sitio de la restauración. Necesitaba hablar conmigo, pero no tuve idea de que, ya que Merlín desapareció con una nube de polvo.
Al salir de la cama, me quité la playera que usaba para dormir, me puse la habitual junto con mi chaleco, me puse mis pantalones y mis botas rápidamente, mientras notaba un leve cosquilleo molesto en mi pierna izquierda...
Despejé mi mente, corrí al primer piso de donde vivía solo para beber un vaso de jugo de naranja, y salir de mi casa, disparado hacia donde se encontraba León.
-*¿Qué será ésta vez? Si es otro entrenamiento...bueno, ya que...*-me decía a mi mismo en mi mente, mientras corría por el distrito residencial y me dirigía hacia el muro exterior en reconstrucción...
No llevaba mucho de haber recibido mi entrenamiento por parte de León, y conocía poco de los sincorazón. Además de que no conocía a los miembros del comité del todo bien...pero después de ésa misión, las cosas se volvieron...interesantes...
Me desperté como cualquier día, excepto que ahora Merlín estaba también en mi cuarto.
-¡Oye, al menos déjame vestirme!
Me respondió con una sonrisa, una burla ligera y con un aviso de parte de León. Los demás estaban ocupados con ciertas cosas de la reparación, así que quería verme solamente a mi en el muro exterior, específicamente el cuál llevaba al sitio de la restauración. Necesitaba hablar conmigo, pero no tuve idea de que, ya que Merlín desapareció con una nube de polvo.
Al salir de la cama, me quité la playera que usaba para dormir, me puse la habitual junto con mi chaleco, me puse mis pantalones y mis botas rápidamente, mientras notaba un leve cosquilleo molesto en mi pierna izquierda...
Despejé mi mente, corrí al primer piso de donde vivía solo para beber un vaso de jugo de naranja, y salir de mi casa, disparado hacia donde se encontraba León.
-*¿Qué será ésta vez? Si es otro entrenamiento...bueno, ya que...*-me decía a mi mismo en mi mente, mientras corría por el distrito residencial y me dirigía hacia el muro exterior en reconstrucción...
Liuxus- Light keyblade
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Re: Una misión distinta...
Me había pasado la noche en vela, ordenando y estudiándome montañas de documentos e información. Al ser el “líder” del comité me tocaba un montón de trabajo. Me senté en la mesa del laboratorio, llevándome la mano a las sienes y comencé a masajearlas. Un gran problema cernía a Vergel Radiante, no podía creerme que, después de tanto tiempo, la oscuridad hubiera vuelto a surgir en los corazones de la gente. Lo primero sería investigar aquel espeluznante caso… Pero para ello necesitaría ayuda. Miré a lado y lado, lo primero era lo primero. Me dirigí a la base, dónde seguramente se encontraría Merlín, y una vez allí le pedí “el favor”.
-Merlín, Vergel Radiante está teniendo unos cuantos problemillas… Despierta a Liuxus y dile que parta cuanto antes al muro exterior. Dentro de media hora nos veremos allí, tú quédate vigilando los alrededores de la ciudad.
Salí corriendo de allí, azotado por el Sol de la mañana, y me dirigí hacia el muro a toda prisa. Liuxus aún no había llegado. Saqué mi espada y la apoyé en mi hombro, dándole pequeños golpecitos con ésta. La expresión de mi cara era seria, amenazante, en cuanto el chico llegara se daría cuenta de que no era ninguna tontería. Pasaban los minutos, llegaba tarde. Fruncí el ceño al verlo correr al horizonte. Me crucé de brazos, clavando el sable-pistola en el suelo, y en cuanto él estuvo ante mí le dediqué unas palabras.
-Llegas tarde. –apreté los labios, dejando ir un bufido.- Está bien, al grano. Últimamente ha habido una serie de desapariciones en la ciudad. Más concretamente… de niños. – bajé la mirada al suelo, preocupado… En el fondo ni yo me lo creía.- Yuffie, Aerith y yo lo hemos estado hablando, pero no sacamos ninguna explicación… - mis dedos peinaron los mechones que caían por mi rostro- Así que lo primero que haremos será investigar la situación. Iremos a preguntar a las casas en cuestión. Lo único que sabemos por el momento es que desaparecen por las zonas que están cerca de este muro. –apoyé la mano en éste, mirando al suelo.- Vamos.
Agarré el sable-pistola del suelo y lo coloqué en mi espalda, dirigiéndome hacia los callejones de la ciudad, el centro de todas las desapariciones. Debíamos estar atentos a cualquier cosa, sino… “GRAAAAAAAAAH”. Mi cuerpo se tensó, corriendo hacia el origen del grito. Parecía estar cerca, pero… ¿Qué demonios? El rastreo nos llevó hacia la plaza, dónde había un gran agujero de color negro, por el cual se asomaban un par de antenas oscuras y una mano humana. El grito parecía haber sido agotado y, antes de que hubiéramos podido llegar, la mancha azabache ya había desaparecido. - ¿Qué demonios…? ¿Sincorazones? – miré a Liuxus, frunciendo el ceño. Miré al cielo, las nubes grises se cernían encima de Vergel Radiante. ¿Cómo habían vuelto aparecer? – Está bien, esto quedará entre tú y yo. Pienso cortar esto de raíz…
-Merlín, Vergel Radiante está teniendo unos cuantos problemillas… Despierta a Liuxus y dile que parta cuanto antes al muro exterior. Dentro de media hora nos veremos allí, tú quédate vigilando los alrededores de la ciudad.
Salí corriendo de allí, azotado por el Sol de la mañana, y me dirigí hacia el muro a toda prisa. Liuxus aún no había llegado. Saqué mi espada y la apoyé en mi hombro, dándole pequeños golpecitos con ésta. La expresión de mi cara era seria, amenazante, en cuanto el chico llegara se daría cuenta de que no era ninguna tontería. Pasaban los minutos, llegaba tarde. Fruncí el ceño al verlo correr al horizonte. Me crucé de brazos, clavando el sable-pistola en el suelo, y en cuanto él estuvo ante mí le dediqué unas palabras.
-Llegas tarde. –apreté los labios, dejando ir un bufido.- Está bien, al grano. Últimamente ha habido una serie de desapariciones en la ciudad. Más concretamente… de niños. – bajé la mirada al suelo, preocupado… En el fondo ni yo me lo creía.- Yuffie, Aerith y yo lo hemos estado hablando, pero no sacamos ninguna explicación… - mis dedos peinaron los mechones que caían por mi rostro- Así que lo primero que haremos será investigar la situación. Iremos a preguntar a las casas en cuestión. Lo único que sabemos por el momento es que desaparecen por las zonas que están cerca de este muro. –apoyé la mano en éste, mirando al suelo.- Vamos.
Agarré el sable-pistola del suelo y lo coloqué en mi espalda, dirigiéndome hacia los callejones de la ciudad, el centro de todas las desapariciones. Debíamos estar atentos a cualquier cosa, sino… “GRAAAAAAAAAH”. Mi cuerpo se tensó, corriendo hacia el origen del grito. Parecía estar cerca, pero… ¿Qué demonios? El rastreo nos llevó hacia la plaza, dónde había un gran agujero de color negro, por el cual se asomaban un par de antenas oscuras y una mano humana. El grito parecía haber sido agotado y, antes de que hubiéramos podido llegar, la mancha azabache ya había desaparecido. - ¿Qué demonios…? ¿Sincorazones? – miré a Liuxus, frunciendo el ceño. Miré al cielo, las nubes grises se cernían encima de Vergel Radiante. ¿Cómo habían vuelto aparecer? – Está bien, esto quedará entre tú y yo. Pienso cortar esto de raíz…
Squall Leonhart- Guerrero
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Re: Una misión distinta...
- SPOILER:
- e.e oie editale, no? xD cambiale donde diga Liuxus. se supone que debe de llevar el nombre del personaje (Ailus) xD.
Aquel agujero oscuro había desaparecido, pero definitivamente las nubes sobre el lugar eran una mala señal. Corrí rápidamente hacia un balcón que estaba más delante para poder tener una mejor vista del castillo.
Habían varios sincorazón tratando de subir por la parte exterior de éste con una necesidad urgente...luego mi vista fue desviada hacia mi izquierda, hacia el cielo, viendo como unos rayos eran liberados sobre aquél lugar, donde se libró una batalla hace un año...el campo de batalla fuera de los terrenos del reino...
-¡Tratan de traspasar la zona en reparación de nuevo! ¡No hay tiempo que perder!
Corría hacia los muros del reino, pero ni siquiera había logrado salir de la zona residencial. Varios sincorazón soldado bloqueaban el paso.
-¡Fuera! ¡Muévanse!
Invoqué mi keyblade, mientras la empuñaba torpemente. A pesar de ya haber tenido un poco de experiencia en peleas, mi llave me era algo pesada. La empuñaba como un niño usaría un mazo pesado.
Con un corte elevado y otro en horizontal, me deshice de dos de ellos, pero aún quedaban varios por derrotar. Corrí con furia hacia mi siguiente blanco, pero tropecé, cayendo frente al grupo de sincorazón, a su merced.
-*¡...y justo ahora tengo que verme torpe!*-me decía en mi cabeza, mientras me cubría de los ataques que me daban.
Liuxus- Light keyblade
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Re: Una misión distinta...
Liuxus reaccionó hipsofacto, subiendo fácilmente a uno de los balcones. Malas noticias. Los sincorazones nos pisaban los talones. Suspiré, había que mantener la calma, si hacíamos las cosas con prisas nada saldría bien. Según el chico estaban intentando traspasar la zona en reparación, pero eso les tardaría un rato gracias a los dispositivos de defensa. Aquello ya nos hacía ganar tiempo. Sin embargo… toda una rebelión contra nosotros… Uf, sería difícil ganar aquella batalla, y estaba siendo ya positivo. Miré a Liuxus, el cual echó a correr sin ningún plan en mente. ¿En qué estaba pensando? ¿Es que los entrenamientos no le habían servido de nada? Lo perseguí a toda prisa, intentando pararlo. ¡Era peligroso, idiota! Crucé los callejones, encontrándome al pelinegro rodeado de sincorazones, y no unos comunes, sino soldado.
Una luz cegó mis ojos, parecía ser que el chico estaba preparado para luchar. Me crucé de brazos, dejando la espada en el suelo, y miré al chico. La verdad es que su técnica no estaba para nada pulida, sus movimientos eran torpes y, aunque consiguió deshacerse de unos cuantos, no era suficiente. “Blam!”, cerré los ojos, moviendo a modo de negación la cabeza. El chico se encontraba en el suelo, estirado, se había caído. Por si fuera poco no solo había quedado indefenso, sino que los sincorazones estaban atacándolo sin cesar. Cogí el sable pistola y caminé hacia allí tranquilamente, mi espada se cubrió de un fuego aturdidor y, seguidamente, acabó con todo el grupo de incordios de un plumazo. Le extendí la mano a Liuxus, levantándolo del suelo. – Si no puedes con los más débiles serás una carga más que una ayuda. No puedes echarte a correr en una situación así, y menos sin tener ningún plan. –me llevé la mano a la cabeza, ajetreándome los cabellos.- Verás, Liuxus, por si no lo recuerdas tenemos miles de dispositivos de defensa y estos nos permitirán ganar tiempo. No hace falta correr, si las cosas se hacen rápido se hacen mal. Por ahora será mejor ir a avisar a Merlín, luego nos encaminaremos hacia los muros. Sígueme.
Me cargué la espada en la espalda, corriendo por las callejas de Vergel Radiante. Pequeños sincorazón iban apareciendo en nuestro camino. Mis manos no paraban de iluminarse, lanzando hechizos de un fuego ardiente. – Está bien, hagamos una cosa. – dije, aún corriendo.- Iré a ver a los del comité a la base, pero tú te quedarás fuera, y tu “entrenamiento” será derrotar a los sincorazones que aparezcan en la plaza, ¿entendido? Y cuidado, esta vez no es ninguna broma. – Seguí resiguiendo las calles hasta llegar a la base. En la plaza ya habían cinco sincorazones, y no precisamente de los comunes. Soldados, magos… Ya sabes. Solo esperaba que no fuera un gran reto para el chico. Entré a la casa a toda prisa, explicándoles el caso.
– No creo que sea muy grave, son solo unos pocos. Liuxus y yo nos encargaremos, seguro que tiene algo que ver con las desapariciones.
-Squa… Digo, León. – murmuró Yuffie- ¿Por qué no nos dejas ir con vosotros? ¿Eh? Sería más seguro.
-No quiero entrometer a más gente en un asunto tan peligroso. Contamos con la ayuda del sistema de defensa y además, esto le servirá a Liuxus como un entrenamiento. Acordaos que viene conmigo, y no pienso dejar que me ganen tan fácilmente. –expliqué, en una sonrisa más bien seca la cual desapareció a los pocos segundos. Salí de aquella sala, dejando unas últimas palabras- Merlín, espero que puedas estar atento a los susurros del nombre. Si veo que nos encontramos en apuros te llamaré para reclamar tu ayuda.
Una luz cegó mis ojos, parecía ser que el chico estaba preparado para luchar. Me crucé de brazos, dejando la espada en el suelo, y miré al chico. La verdad es que su técnica no estaba para nada pulida, sus movimientos eran torpes y, aunque consiguió deshacerse de unos cuantos, no era suficiente. “Blam!”, cerré los ojos, moviendo a modo de negación la cabeza. El chico se encontraba en el suelo, estirado, se había caído. Por si fuera poco no solo había quedado indefenso, sino que los sincorazones estaban atacándolo sin cesar. Cogí el sable pistola y caminé hacia allí tranquilamente, mi espada se cubrió de un fuego aturdidor y, seguidamente, acabó con todo el grupo de incordios de un plumazo. Le extendí la mano a Liuxus, levantándolo del suelo. – Si no puedes con los más débiles serás una carga más que una ayuda. No puedes echarte a correr en una situación así, y menos sin tener ningún plan. –me llevé la mano a la cabeza, ajetreándome los cabellos.- Verás, Liuxus, por si no lo recuerdas tenemos miles de dispositivos de defensa y estos nos permitirán ganar tiempo. No hace falta correr, si las cosas se hacen rápido se hacen mal. Por ahora será mejor ir a avisar a Merlín, luego nos encaminaremos hacia los muros. Sígueme.
Me cargué la espada en la espalda, corriendo por las callejas de Vergel Radiante. Pequeños sincorazón iban apareciendo en nuestro camino. Mis manos no paraban de iluminarse, lanzando hechizos de un fuego ardiente. – Está bien, hagamos una cosa. – dije, aún corriendo.- Iré a ver a los del comité a la base, pero tú te quedarás fuera, y tu “entrenamiento” será derrotar a los sincorazones que aparezcan en la plaza, ¿entendido? Y cuidado, esta vez no es ninguna broma. – Seguí resiguiendo las calles hasta llegar a la base. En la plaza ya habían cinco sincorazones, y no precisamente de los comunes. Soldados, magos… Ya sabes. Solo esperaba que no fuera un gran reto para el chico. Entré a la casa a toda prisa, explicándoles el caso.
– No creo que sea muy grave, son solo unos pocos. Liuxus y yo nos encargaremos, seguro que tiene algo que ver con las desapariciones.
-Squa… Digo, León. – murmuró Yuffie- ¿Por qué no nos dejas ir con vosotros? ¿Eh? Sería más seguro.
-No quiero entrometer a más gente en un asunto tan peligroso. Contamos con la ayuda del sistema de defensa y además, esto le servirá a Liuxus como un entrenamiento. Acordaos que viene conmigo, y no pienso dejar que me ganen tan fácilmente. –expliqué, en una sonrisa más bien seca la cual desapareció a los pocos segundos. Salí de aquella sala, dejando unas últimas palabras- Merlín, espero que puedas estar atento a los susurros del nombre. Si veo que nos encontramos en apuros te llamaré para reclamar tu ayuda.
Squall Leonhart- Guerrero
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Re: Una misión distinta...
Tenía que ocurrir...torpezas, torpezas y más torpezas. ¡Pero claro que no podía rendirme! A pesar de que ahora la orden era de deshacerme de los sincorazón de la plaza, tan pronto llegué, vi como las Claymores, el sistema de defensa de la ciudad, estaba acabando con ellos.
-¡No es justo! Todos hacen algo, menos yo...que me quedo como lastre...
Me crucé de brazos, mirando como el sistema de defensa acababa con ellos, hasta que escuché un estruendo menor en el exterior de los muros.
-Lo siento León...pero mientras puede haber un ataque mayor, no me quedaré a ver que mi hogar sea infestado...
Corrí de nuevo a través de las calles del lugar, pasando la casa de Merlín, subiendo las escaleras y llegando al muro exterior. Echando un vistazo hacia la zona de restauración, vi como los sincorazón estaban siendo ralentizados por las Claymores, mientras que habían otras personas protegiendo...
Pero al mirar hacia afuera del reino, noté que muchos de éstos estaban aún entrando por la brecha en el muro, mientras que no había sistema de defensa. Me llevé la mano a la cabeza, mientras daba un gruñido...
-...claro, gracias Cid... ¡El sistema de defensa de la ciudad protege éso mismo, LA CIUDAD!
No me quedó otra opción. Invoqué la keyblade, y tomé una ruta alterna a la que donde venían los sincorazón. Estaba totalmente despejada por suerte, solo con uno o dos sincorazón soldado apareciendo. Algo simple, los cuales acababa con un par o con tres tajadas de manera feroz. Un poco cansado, pero tenía que ver de donde venían los sincorazón...
Tan pronto corrí, llegué a una zona amplia, donde habían muchos sincorazón.
-Bien, me arrepiento de haber llegado aquí... ¡Pero no me rendiré! ¡Hay que acabarlo!
Algo inundaba mi mente... ¿Pero que era? Sentía como si fuese un déja-vu...
Inmediatamente, todos los sincorazón que estaban alrededor desaparecieron de golpe, mientras que se formaba un enorme portal oscuro en el suelo, del cuál comenzaba a salir una gigantesca mano negra, y se levantaba una enorme figura casi humana, de ojos amarillos y un hueco en su torso con forma de corazón...
-Un "Lado Oscuro"...
Ahora éste sentimiento era más persistente...sentía un hedor familiar, algo que no recordaba bien...pero éste Lado Oscuro sin duda me daba mala espina...
-Esté León aquí o no... ¡Acabemos ésto!
Lleno de energía, tomé la keyblade, esperando el primer ataque del Lado Oscuro...
Dando un puñetazo hacia donde estaba yo, esquivé el golpe y comencé a atacar su brazo, mientras aparecían varios sincorazón sombra, y los eliminaba.
-Esos estuvieron fácil... ¡Pero creo que éste gigante dará mucha más pelea! ¡Venga!
Seguí en pose de pelea, mientras el Lado Oscuro volvía a atacar...
-¡No es justo! Todos hacen algo, menos yo...que me quedo como lastre...
Me crucé de brazos, mirando como el sistema de defensa acababa con ellos, hasta que escuché un estruendo menor en el exterior de los muros.
-Lo siento León...pero mientras puede haber un ataque mayor, no me quedaré a ver que mi hogar sea infestado...
Corrí de nuevo a través de las calles del lugar, pasando la casa de Merlín, subiendo las escaleras y llegando al muro exterior. Echando un vistazo hacia la zona de restauración, vi como los sincorazón estaban siendo ralentizados por las Claymores, mientras que habían otras personas protegiendo...
Pero al mirar hacia afuera del reino, noté que muchos de éstos estaban aún entrando por la brecha en el muro, mientras que no había sistema de defensa. Me llevé la mano a la cabeza, mientras daba un gruñido...
-...claro, gracias Cid... ¡El sistema de defensa de la ciudad protege éso mismo, LA CIUDAD!
No me quedó otra opción. Invoqué la keyblade, y tomé una ruta alterna a la que donde venían los sincorazón. Estaba totalmente despejada por suerte, solo con uno o dos sincorazón soldado apareciendo. Algo simple, los cuales acababa con un par o con tres tajadas de manera feroz. Un poco cansado, pero tenía que ver de donde venían los sincorazón...
Tan pronto corrí, llegué a una zona amplia, donde habían muchos sincorazón.
-Bien, me arrepiento de haber llegado aquí... ¡Pero no me rendiré! ¡Hay que acabarlo!
Algo inundaba mi mente... ¿Pero que era? Sentía como si fuese un déja-vu...
Inmediatamente, todos los sincorazón que estaban alrededor desaparecieron de golpe, mientras que se formaba un enorme portal oscuro en el suelo, del cuál comenzaba a salir una gigantesca mano negra, y se levantaba una enorme figura casi humana, de ojos amarillos y un hueco en su torso con forma de corazón...
-Un "Lado Oscuro"...
Ahora éste sentimiento era más persistente...sentía un hedor familiar, algo que no recordaba bien...pero éste Lado Oscuro sin duda me daba mala espina...
-Esté León aquí o no... ¡Acabemos ésto!
Lleno de energía, tomé la keyblade, esperando el primer ataque del Lado Oscuro...
Dando un puñetazo hacia donde estaba yo, esquivé el golpe y comencé a atacar su brazo, mientras aparecían varios sincorazón sombra, y los eliminaba.
-Esos estuvieron fácil... ¡Pero creo que éste gigante dará mucha más pelea! ¡Venga!
Seguí en pose de pelea, mientras el Lado Oscuro volvía a atacar...
Liuxus- Light keyblade
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Re: Una misión distinta...
Salí de aquel recinto y, en vez de encontrarme a Ailus me topé con algo que realmente me mosqueó. La plaza, llena de sincorazones, y sin rastros del chico. Arqueé una ceja, y acto seguido piqué de nuevo a la puerta de la base. – Eh… Yuffie, ¿querías ayudar? Pues encargaros tú y Aerith de barrer la ciudad de sincorazones. – salí corriendo por las callejas. Creí que era obvio a dónde había ido ese idiota. Se lo avisé, y odio tener que repetir las cosas.
Mis pisadas resonaban por todo el lugar hasta que, por fin, llegué a aquel descampado llamado muro exterior. Pero, para mi sorpresa, me encontré a algo que no esperaba. Una maraña de sincorazones se habían montado uno encima del otro, para fusionarse y, de alguna extraña manera crear un monstruo. Éste tenía unos ojos brillantes de color amarillo, capaces de asustar a cualquier bestia salvaje. – Mierda… - corrí hacia allí, esperando que Ailus no estuviera allí y, que por supuesto, me hubiera equivocado al hacer mis conjeturas y realmente hubiera ido a limpiar las callejas. Aunque sabía que era imposible.
Varios brotes de oscuridad se creaban a mí alrededor, intentando tragarme. Parecía que aquella situación había empeorado bastante, ese sería el núcleo. Pero había algo que no entendía… La oscuridad solo se creaba a partir de una luz, tal y como lo hace una sombra. ¿De dónde…? De repente el golpe de un sincorazón soldado terminó con mis pensamientos. Reculé, dándole una fuerte estocada y después seguí corriendo hacia el gigante. No era momento de pensar ni de crear fantasías. Era hora de actuar.
Tras un largo camino de estocadas y fuego audaz, llegué al lado oscuro. Y, tristemente, allí estaba Ailus, intentando aplacarlo con sus torpes movimientos. Siempre podía darle una oportunidad, pero me preocupaba demasiado, su entrenamiento aún no había concluido. El chico permanecía allí de pie, en una posición defensiva, cuando el puño de la Sombra se dirigió hacia él. Yo, por instinto, aparte al chico de una patada y bloqueé el ataque, reculando hacia atrás de un salto.
-¿Eres idiota? – exclamé, dando un salto encima del gigante, el cual parecía haber quedado paralizado por el bloqueo del ataque, desequilibrando su cuerpo. Mis pies subían por su brazo, intentando llegar a la cabeza. - ¡¡¡Podrías haber muerto!!! ¿Por qué demonios no me haces caso cuando te hablo? – El movimiento de la Sombra empezó a hacerme temblar, yendo a lado y lado, intentando mantenerme de pie- Espero que sepas que cuando acabe con esto te ganarás una buena bronca… - Di un último salto, cayendo en la cabeza del enemigo y clavando mi espada en esta, para después soltar seis cañonazos de fuego directos a sus sienes.
Mis pies tocaron el suelo, junto a Ailus, después de dar un último bote para bajar del monstruo. – Esto aún no ha acabado… El último golpe, ¡juntos! Aprovechemos ahora que está medio moribundo. ¡Sube por el brazo izquierdo, y yo subiré por el derecho! ¡Directos a la cabeza! – volví a correr hacia la presa, siguiendo mis planes, para luego asestarle una fuerte estocada en el sitio indicado. Una bola de oscuridad se creó a los pies de aquel gigante, deshaciéndose en ella mientras dejaba ir unos gritos guturales de lo más escalofriantes. – Creo que ya está… Aunque será mejor no bajar la guardia.
Mis pisadas resonaban por todo el lugar hasta que, por fin, llegué a aquel descampado llamado muro exterior. Pero, para mi sorpresa, me encontré a algo que no esperaba. Una maraña de sincorazones se habían montado uno encima del otro, para fusionarse y, de alguna extraña manera crear un monstruo. Éste tenía unos ojos brillantes de color amarillo, capaces de asustar a cualquier bestia salvaje. – Mierda… - corrí hacia allí, esperando que Ailus no estuviera allí y, que por supuesto, me hubiera equivocado al hacer mis conjeturas y realmente hubiera ido a limpiar las callejas. Aunque sabía que era imposible.
Varios brotes de oscuridad se creaban a mí alrededor, intentando tragarme. Parecía que aquella situación había empeorado bastante, ese sería el núcleo. Pero había algo que no entendía… La oscuridad solo se creaba a partir de una luz, tal y como lo hace una sombra. ¿De dónde…? De repente el golpe de un sincorazón soldado terminó con mis pensamientos. Reculé, dándole una fuerte estocada y después seguí corriendo hacia el gigante. No era momento de pensar ni de crear fantasías. Era hora de actuar.
Tras un largo camino de estocadas y fuego audaz, llegué al lado oscuro. Y, tristemente, allí estaba Ailus, intentando aplacarlo con sus torpes movimientos. Siempre podía darle una oportunidad, pero me preocupaba demasiado, su entrenamiento aún no había concluido. El chico permanecía allí de pie, en una posición defensiva, cuando el puño de la Sombra se dirigió hacia él. Yo, por instinto, aparte al chico de una patada y bloqueé el ataque, reculando hacia atrás de un salto.
-¿Eres idiota? – exclamé, dando un salto encima del gigante, el cual parecía haber quedado paralizado por el bloqueo del ataque, desequilibrando su cuerpo. Mis pies subían por su brazo, intentando llegar a la cabeza. - ¡¡¡Podrías haber muerto!!! ¿Por qué demonios no me haces caso cuando te hablo? – El movimiento de la Sombra empezó a hacerme temblar, yendo a lado y lado, intentando mantenerme de pie- Espero que sepas que cuando acabe con esto te ganarás una buena bronca… - Di un último salto, cayendo en la cabeza del enemigo y clavando mi espada en esta, para después soltar seis cañonazos de fuego directos a sus sienes.
Mis pies tocaron el suelo, junto a Ailus, después de dar un último bote para bajar del monstruo. – Esto aún no ha acabado… El último golpe, ¡juntos! Aprovechemos ahora que está medio moribundo. ¡Sube por el brazo izquierdo, y yo subiré por el derecho! ¡Directos a la cabeza! – volví a correr hacia la presa, siguiendo mis planes, para luego asestarle una fuerte estocada en el sitio indicado. Una bola de oscuridad se creó a los pies de aquel gigante, deshaciéndose en ella mientras dejaba ir unos gritos guturales de lo más escalofriantes. – Creo que ya está… Aunque será mejor no bajar la guardia.
Squall Leonhart- Guerrero
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Re: Una misión distinta...
Cid me trataba como un chiquillo, Aerith siempre justificaba lo que yo hacía...siempre me defendía, y Yuffie me trataba como un hermano menor.
Tanta protección...me sentía siempre un inútil. Pero acabaría pronto. Sabía que ése Lado Oscuro atacaría de nuevo usando el mismo patrón torpe, así que estaba preparado para ese golpe suyo. Pero como siempre tocaba, León me había "salvado" de nuevo, empujándome con una patada.
-¿Eres idiota?-me contestó
-*Gracias León, estoy bien... ¡lo tenía bajo control!*
-¡¡¡Podrías haber muerto!!! ¿Por qué demonios no me haces caso cuando te hablo? Espero que sepas que cuando acabe con esto te ganarás una buena bronca…
Con un ataque en conjunto, el Lado Oscuro se arrodilló en dolor: la oportunidad perfecta para atacar.
–Esto aún no ha acabado… El último golpe, ¡juntos! Aprovechemos ahora que está medio moribundo. ¡Sube por el brazo izquierdo, y yo subiré por el derecho! ¡Directos a la cabeza!
Seguí el plan de León, corriendo por el brazo izquierdo con todas mis fuerzas, hasta llegar a la cabeza y junto a León, dar una estocada mortífera, y echarnos atrás. El Lado Oscuro había sido vencido...
Comenzaba a desaparecer poco a poco, dando una victoria para Jardín Radiante: los demás sincorazón emprendían la retirada...
–Creo que ya está… Aunque será mejor no bajar la guardia.
Y era exactamente lo que tendría que pasar...
El sincorazón, con sus últimas fuerzas empezaba a crear un enorme orbe oscuro que flotaba sobre él, y que comenzaba a traer oscuridad al lugar...
-¡...!
Una imagen fugaz vino a mi mente...oscuridad...ojos amarillos...yo tratando de huir sin poder lograrlo...
-¡No dejaré que vuelva a ocurrir!
Repentinamente y aun para mi sorpresa: con la keyblade en mano, salí disparado hacia la parte sólida de su pecho, dando una estocada veloz, fuerte y certera. Era una increíble subida de energía, algo inexplicable más que como éso. Me sentía fuerte, aunque por ése instante. Pero aunque haya logrado crear un daño inexplicablemente grande atravesando a la criatura, León tampoco se contuvo: su gunblade, envuelta en un hechizo de fuego, dio una tajada horizontal, cortando por la zona de su pecho en forma de corazón con una fiera flama, mientras que con un disparo hacia ésta zona creó una enorme explosión, acabando con el sincorazón y con la amenaza de la oscuridad.
-Pero... ¿Qué fue éste movimiento...?-me decía a mi mismo, por lo que yo había hecho...pero sacudí mi cabeza y fui hacia León con una expresión sonriente y radiante de victoria.
-¡Lo logramos! ¡Detuvimos la amenaza!
Estaba contento porque algo en mi mente despertó: era como si hubiese logrado recordar algo que debía de hace mucho tiempo, además de que logré hacer algo bien...o éso creía, hasta que León volteó a verme con una mirada enfadada...
Tanta protección...me sentía siempre un inútil. Pero acabaría pronto. Sabía que ése Lado Oscuro atacaría de nuevo usando el mismo patrón torpe, así que estaba preparado para ese golpe suyo. Pero como siempre tocaba, León me había "salvado" de nuevo, empujándome con una patada.
-¿Eres idiota?-me contestó
-*Gracias León, estoy bien... ¡lo tenía bajo control!*
-¡¡¡Podrías haber muerto!!! ¿Por qué demonios no me haces caso cuando te hablo? Espero que sepas que cuando acabe con esto te ganarás una buena bronca…
Con un ataque en conjunto, el Lado Oscuro se arrodilló en dolor: la oportunidad perfecta para atacar.
–Esto aún no ha acabado… El último golpe, ¡juntos! Aprovechemos ahora que está medio moribundo. ¡Sube por el brazo izquierdo, y yo subiré por el derecho! ¡Directos a la cabeza!
Seguí el plan de León, corriendo por el brazo izquierdo con todas mis fuerzas, hasta llegar a la cabeza y junto a León, dar una estocada mortífera, y echarnos atrás. El Lado Oscuro había sido vencido...
Comenzaba a desaparecer poco a poco, dando una victoria para Jardín Radiante: los demás sincorazón emprendían la retirada...
–Creo que ya está… Aunque será mejor no bajar la guardia.
Y era exactamente lo que tendría que pasar...
El sincorazón, con sus últimas fuerzas empezaba a crear un enorme orbe oscuro que flotaba sobre él, y que comenzaba a traer oscuridad al lugar...
-¡...!
Una imagen fugaz vino a mi mente...oscuridad...ojos amarillos...yo tratando de huir sin poder lograrlo...
-¡No dejaré que vuelva a ocurrir!
Repentinamente y aun para mi sorpresa: con la keyblade en mano, salí disparado hacia la parte sólida de su pecho, dando una estocada veloz, fuerte y certera. Era una increíble subida de energía, algo inexplicable más que como éso. Me sentía fuerte, aunque por ése instante. Pero aunque haya logrado crear un daño inexplicablemente grande atravesando a la criatura, León tampoco se contuvo: su gunblade, envuelta en un hechizo de fuego, dio una tajada horizontal, cortando por la zona de su pecho en forma de corazón con una fiera flama, mientras que con un disparo hacia ésta zona creó una enorme explosión, acabando con el sincorazón y con la amenaza de la oscuridad.
-Pero... ¿Qué fue éste movimiento...?-me decía a mi mismo, por lo que yo había hecho...pero sacudí mi cabeza y fui hacia León con una expresión sonriente y radiante de victoria.
-¡Lo logramos! ¡Detuvimos la amenaza!
Estaba contento porque algo en mi mente despertó: era como si hubiese logrado recordar algo que debía de hace mucho tiempo, además de que logré hacer algo bien...o éso creía, hasta que León volteó a verme con una mirada enfadada...
Liuxus- Light keyblade
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Re: Una misión distinta...
Mi cuerpo estaba de espaldas al sincorazón, mirando con seguridad a Ailus. Sin embargo, su cara no expresaba tranquilidad. Giré mi mirada lentamente, dando media vuelta. La Sombra se estaba alzando, extendiendo sus enormes garras, creando una enorme bola de oscuridad. Un fuerte viento soplaba hacía allí, capaz de absorbernos. Mis ojos se abrieron de par en par, pero aún más al ver como el Keyblader salía corriendo hacia él, sin vacilar. Su estocada hizo estallar un rayo de luz, el cual destruyó aquel orbe. Aquella era mi oportunidad, debíamos darle el último golpe. Esta vez sí. Di un fuerte salto en el aire, mi cuerpo se vio envuelto en llamas, al igual que mi espada, y como un hermoso cohete salí disparado hacia su pecho, clavando repetidamente mi sable en éste. Atravesé al sincorazón por la mitad, saliendo al otro lado, y una vez vi sus espaldas le disparé de nuevo las seis balas, dando por ganada aquella batalla.
Aterricé en el suelo con algunas quemaduras, me encontraba agachado y con los ojos cerrados. Pude escuchar al chico hablar, sorprendido de su propio ataque, sin embargo lo dejó estar enseguida y cantó victoria. Me levanté de allí, dirigiéndome hacia Ailus con el ceño fruncido. Una vez estuve ante él lo agarré de sus ropajes, levantándolo del suelo.
- Has puesto en peligro tu vida, y a todo Radiant Garden. Si tú mueres el comité se vería en grandes apuros, Ailus. –lo solté, dándole un empujón, haciendo que reculara.- Esto tendrá una repercusión en la severidad de tus entrenamientos. – Me crucé de brazos, dándole la espalda. Tal vez estaba siendo demasiado duro, pero aquel chico… Me preocupaba más su bienestar de lo que él se pensaba. Me llevé la mano a mis cabellos, tirándolos hacia arriba, y volteé mi perfil, asomando una leve sonrisa. – Sin embargo lo has hecho muy bien. Buen trabajo, Ailus.
Miré al cielo, el cual aún permanecía nublado. Aquel ambiente pesado seguía cargando el aire, y, por mucho que dijera el chico, aquello aún no había terminado. Suspiré. Sí, habíamos derrotado a la bestia pero los niños no habían aparecido y los sincorazones seguían surgiendo. Lo mejor sería poner barricadas, de alguna forma debíamos acabar con todo eso. Me dirigí, silenciosamente, hacia las callejas, volviendo a la base. Esperé que, por lógica, el chico me siguiera hasta allí. Debíamos dar el aviso a Cid y a Merlín, el rubio debía arreglar el sistema de defensa, el cual se había malogrado, y el viejo brujo nos serviría para parar a las hordas. Sería un anciano, pero su poder salía fuera de lo normal.
Entré por la puerta de la base, dando las órdenes. Salimos los tres de allí, dividiéndonos en grupos. Ailus y yo cepillaríamos la ciudad en busca de los desaparecidos, mientras que Cid y Merlín pararían todas aquellas hordas. Miré al chico, serio. – Aún no hemos encontrado ningún rastro de los niños, así que lo mejor por el momento será buscarlos por la ciudad. De ser que no estén aquí… -suspiré, haciendo una pequeña pausa. Miré a las afueras de la ciudad, mirando el castillo que se asomaba a lo lejos.- Iremos allí. Pero solo con una condición. – Le devolví la mirada a Ailus, frunciendo el ceño.- Estarás pegado a mí y seguirás mis órdenes, ¿entendido? Además… Es un lugar muy peligroso, no me gustaría verte en peligro.
Aterricé en el suelo con algunas quemaduras, me encontraba agachado y con los ojos cerrados. Pude escuchar al chico hablar, sorprendido de su propio ataque, sin embargo lo dejó estar enseguida y cantó victoria. Me levanté de allí, dirigiéndome hacia Ailus con el ceño fruncido. Una vez estuve ante él lo agarré de sus ropajes, levantándolo del suelo.
- Has puesto en peligro tu vida, y a todo Radiant Garden. Si tú mueres el comité se vería en grandes apuros, Ailus. –lo solté, dándole un empujón, haciendo que reculara.- Esto tendrá una repercusión en la severidad de tus entrenamientos. – Me crucé de brazos, dándole la espalda. Tal vez estaba siendo demasiado duro, pero aquel chico… Me preocupaba más su bienestar de lo que él se pensaba. Me llevé la mano a mis cabellos, tirándolos hacia arriba, y volteé mi perfil, asomando una leve sonrisa. – Sin embargo lo has hecho muy bien. Buen trabajo, Ailus.
Miré al cielo, el cual aún permanecía nublado. Aquel ambiente pesado seguía cargando el aire, y, por mucho que dijera el chico, aquello aún no había terminado. Suspiré. Sí, habíamos derrotado a la bestia pero los niños no habían aparecido y los sincorazones seguían surgiendo. Lo mejor sería poner barricadas, de alguna forma debíamos acabar con todo eso. Me dirigí, silenciosamente, hacia las callejas, volviendo a la base. Esperé que, por lógica, el chico me siguiera hasta allí. Debíamos dar el aviso a Cid y a Merlín, el rubio debía arreglar el sistema de defensa, el cual se había malogrado, y el viejo brujo nos serviría para parar a las hordas. Sería un anciano, pero su poder salía fuera de lo normal.
Entré por la puerta de la base, dando las órdenes. Salimos los tres de allí, dividiéndonos en grupos. Ailus y yo cepillaríamos la ciudad en busca de los desaparecidos, mientras que Cid y Merlín pararían todas aquellas hordas. Miré al chico, serio. – Aún no hemos encontrado ningún rastro de los niños, así que lo mejor por el momento será buscarlos por la ciudad. De ser que no estén aquí… -suspiré, haciendo una pequeña pausa. Miré a las afueras de la ciudad, mirando el castillo que se asomaba a lo lejos.- Iremos allí. Pero solo con una condición. – Le devolví la mirada a Ailus, frunciendo el ceño.- Estarás pegado a mí y seguirás mis órdenes, ¿entendido? Además… Es un lugar muy peligroso, no me gustaría verte en peligro.
Squall Leonhart- Guerrero
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Re: Una misión distinta...
León me había impuesto su condición para ir a explorar la fortaleza sincorazón abandonada. De nuevo, me pedía que "me portase bien"...
-Vale...si, estaré pegado a ti y hasta si me piden "santo y seña", no haré nada hasta que me digas que hacer...
Estaba molesto porque me limitaban a donde podía ir. Pero bueno...él se preocupaba por mi, algo justo...pero a veces me sentía demasiado protegido para tener 19 años...
-Bien, entonces vayamos a la tal fortaleza...solo quiero que tomes en cuenta que yo igualmente puedo defenderme.
Asentí con la cabeza y siguiendo a León, en poco tiempo estábamos de nuevo en el sitio de la restauración, bajando hacia el enorme y anterior campo de batalla. De nuevo, siguiendo la ruta discreta y que iba en paralelo, terminamos en poco tiempo justo en un acantilado, con vista hacia ése castillo, que de ahí salían varios sincorazón soldado, típicos...pero aparecían igualmente otros sincorazón parecidos a los soldados: Los sincorazón "Desertor", un sincorazón igual que los soldados pero de colores verdosos y sumamente veloces. Los tipo "Sargento", un sincorazón de igual forma pero de mayor tamaño y de colores grisáceos;y sincorazón "Comandante", iguales que los Sargento, pero feroces y sumamente agresivos, de colores turquesa oscuro y dorados.
-Hmm...nuevas variaciones de sincorazón...esto no se ve todos los días. ¿Que opinas León?
-Vale...si, estaré pegado a ti y hasta si me piden "santo y seña", no haré nada hasta que me digas que hacer...
Estaba molesto porque me limitaban a donde podía ir. Pero bueno...él se preocupaba por mi, algo justo...pero a veces me sentía demasiado protegido para tener 19 años...
-Bien, entonces vayamos a la tal fortaleza...solo quiero que tomes en cuenta que yo igualmente puedo defenderme.
Asentí con la cabeza y siguiendo a León, en poco tiempo estábamos de nuevo en el sitio de la restauración, bajando hacia el enorme y anterior campo de batalla. De nuevo, siguiendo la ruta discreta y que iba en paralelo, terminamos en poco tiempo justo en un acantilado, con vista hacia ése castillo, que de ahí salían varios sincorazón soldado, típicos...pero aparecían igualmente otros sincorazón parecidos a los soldados: Los sincorazón "Desertor", un sincorazón igual que los soldados pero de colores verdosos y sumamente veloces. Los tipo "Sargento", un sincorazón de igual forma pero de mayor tamaño y de colores grisáceos;y sincorazón "Comandante", iguales que los Sargento, pero feroces y sumamente agresivos, de colores turquesa oscuro y dorados.
-Hmm...nuevas variaciones de sincorazón...esto no se ve todos los días. ¿Que opinas León?
Liuxus- Light keyblade
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