{ Lion's ID }
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SQUALL LEONHART (LEÓN)
24 AÑOS
RADIANT GARDEN
LION'S FIRE
WARRIOR
APARIENCIA
Squall, un hombre de aspecto amenazante.
Su cabello, castaño, se enreda despeinado por el viento. Su melena tiene una longitud considerable, acariciándole los hombros. Un peinado realmente peculiar, pues todas sus puntas resultan extremadamente puntiagudas, ya que su desarreglo hace que éstas se enloquezcan, chocando entre ellas y tomando esa forma por natural.
Sus ojos marinos, intensos, rasgados. Su mirada esconde un aire humilde, pero a la vez amenazante. Fríos, distantes, no se puede apreciar ni el mismo ápice de felicidad u confianza en sus ojos. Parecidos a unos labios sellados, inexpresivos pero desafiantes.
Una gran cicatriz rasga su cara, marcándole una línea en diagonal. Nadie sabe muy bien de dónde salió ésta, pero le da aquel toque misterioso que, tal vez, le faltaría a León si no la tuviera.
Sus ropajes son llamativos, ropa de cuero, cadenas, cinturones, botas. A cada paso que da se puede escuchar el repiqueo de sus complementos. Así pues, León tiene un aspecto más bien duro, con un toque rockero. A simple vista parece un hombre distante, vengativo y malhumorado, pero ya sabéis: no juzgues un libro por su portada.
Su cabello, castaño, se enreda despeinado por el viento. Su melena tiene una longitud considerable, acariciándole los hombros. Un peinado realmente peculiar, pues todas sus puntas resultan extremadamente puntiagudas, ya que su desarreglo hace que éstas se enloquezcan, chocando entre ellas y tomando esa forma por natural.
Sus ojos marinos, intensos, rasgados. Su mirada esconde un aire humilde, pero a la vez amenazante. Fríos, distantes, no se puede apreciar ni el mismo ápice de felicidad u confianza en sus ojos. Parecidos a unos labios sellados, inexpresivos pero desafiantes.
Una gran cicatriz rasga su cara, marcándole una línea en diagonal. Nadie sabe muy bien de dónde salió ésta, pero le da aquel toque misterioso que, tal vez, le faltaría a León si no la tuviera.
Sus ropajes son llamativos, ropa de cuero, cadenas, cinturones, botas. A cada paso que da se puede escuchar el repiqueo de sus complementos. Así pues, León tiene un aspecto más bien duro, con un toque rockero. A simple vista parece un hombre distante, vengativo y malhumorado, pero ya sabéis: no juzgues un libro por su portada.
CARACTER
Mucha gente se ha rendido ante la actitud de este joven. Debemos admitir que, León, suele ser un chico malhumorado, distante y frío a primeras. Es una persona extremadamente introvertida y desconfiada, por muchas preguntas que le hagas callará, dando por entendido que aquel amargo silencio es su respuesta. No le gustan las bromas, ni que lo agobien, así que por lo general se muestra como un tipo duro: “nada me importa y puedo con todo yo solo”.
Sin embargo las personas suelen cambiar cuando las conoces. Si rebuscamos en el corazón de León nos daremos cuenta de que es un hombre bondadoso, justiciero y protector. Nunca dudará a la hora de ofrecer su ayuda a los más débiles, y mucho menos a sus amigos. Una vez te ganas el aprecio de este chico tan difícil puede ser más cariñoso de lo que piensas. Buen hablador, tal vez sea callado, pero en cuanto abre la boca sus palabras pueden conmover el más duro corazón. Amable, gentil, educado, algo orgulloso tal vez, pero nada que no se pueda solucionar.
Sin embargo las personas suelen cambiar cuando las conoces. Si rebuscamos en el corazón de León nos daremos cuenta de que es un hombre bondadoso, justiciero y protector. Nunca dudará a la hora de ofrecer su ayuda a los más débiles, y mucho menos a sus amigos. Una vez te ganas el aprecio de este chico tan difícil puede ser más cariñoso de lo que piensas. Buen hablador, tal vez sea callado, pero en cuanto abre la boca sus palabras pueden conmover el más duro corazón. Amable, gentil, educado, algo orgulloso tal vez, pero nada que no se pueda solucionar.
HISTORIA
Squall Leonhart, un niño como cualquier otro. Vacilante, vivo, alegre. Le encantaba jugar con sus amigos en Vergel Radiante, su vida era normal y corriente. Rutina, amada rutina, a esas edades aquello no importaba. Las risas resonaban por las calles de aquella ciudad. Un lugar tranquilo y lleno de brillo.
Sin embargo la oscuridad nació en un pequeño punto de aquel mundo. Ésta se fue haciendo más y más grande sin que nadie se percatara, y, un día, el apocalipsis acabó con aquellas tierras. Squall se vio rodeado de pequeños insectos, de cuerpo redondo y largas antenas, negros, con ojos saltones. El miedo invadió el niño, la gente con la que había crecido estaba siendo asesinada ante sus propios ojos. Se quedó allí de pie, paralizado, viendo como los pequeños insectos travesaban los cuerpos de sus amigos y conocidos, haciendo que brillaran hasta desaparecer. Miles de piedras rosadas volaban por los cielos, subiendo hacia la Luna. Los ojos de Squall brillaban, temblorosos y asustados. Y, antes de que se diera cuenta, las manos de un hombre rudo lo rodearon, llevándoselo en una nave que nunca antes había visto.
El aire se notaba pesado, una gran cúpula de cristal los encerraba a él y dos niñas más, junto aquel hombre. Squall estaba en shock, no respondía a ninguna palabra, solo observaba como poco a poco se alejaban de aquella tierra maldita, acercándose a las estrellas. Aún y desde el cielo podía ver como los corazones de las personas levitaban, siendo engullidos. Aquello marcó la vida del pequeño niño, desde aquel entonces su sonrisa se borró y quedo reducida a un aura fría y silenciosa.
Para olvidar su pasado cambió su nombre, arrepentido por no haber podido proteger a sus compañeros. La vergüenza y los remordimientos recorrían sus venas, le hubiera gustado haber controlado la situación, como el más feroz León. Aquel grupo tan pintoresco buscaron un lugar para vivir, Ciudad del Paso. Allí León creció con las dos chicas, Yuffie Kisaragi y Aerith Gainsborough, junto a su tutor Cid Highwind. Pasó allí toda su adolescencia e infancia hasta que, un día, los mundos se restauraron, brindándole a León una nueva oportunidad.
“A partir de ahora protegeré estas tierras con mi fuerza, lucharé hasta acabar con cualquier amenaza. Protegeré a mis seres queridos, ahora y siempre.”
Sin embargo la oscuridad nació en un pequeño punto de aquel mundo. Ésta se fue haciendo más y más grande sin que nadie se percatara, y, un día, el apocalipsis acabó con aquellas tierras. Squall se vio rodeado de pequeños insectos, de cuerpo redondo y largas antenas, negros, con ojos saltones. El miedo invadió el niño, la gente con la que había crecido estaba siendo asesinada ante sus propios ojos. Se quedó allí de pie, paralizado, viendo como los pequeños insectos travesaban los cuerpos de sus amigos y conocidos, haciendo que brillaran hasta desaparecer. Miles de piedras rosadas volaban por los cielos, subiendo hacia la Luna. Los ojos de Squall brillaban, temblorosos y asustados. Y, antes de que se diera cuenta, las manos de un hombre rudo lo rodearon, llevándoselo en una nave que nunca antes había visto.
El aire se notaba pesado, una gran cúpula de cristal los encerraba a él y dos niñas más, junto aquel hombre. Squall estaba en shock, no respondía a ninguna palabra, solo observaba como poco a poco se alejaban de aquella tierra maldita, acercándose a las estrellas. Aún y desde el cielo podía ver como los corazones de las personas levitaban, siendo engullidos. Aquello marcó la vida del pequeño niño, desde aquel entonces su sonrisa se borró y quedo reducida a un aura fría y silenciosa.
Para olvidar su pasado cambió su nombre, arrepentido por no haber podido proteger a sus compañeros. La vergüenza y los remordimientos recorrían sus venas, le hubiera gustado haber controlado la situación, como el más feroz León. Aquel grupo tan pintoresco buscaron un lugar para vivir, Ciudad del Paso. Allí León creció con las dos chicas, Yuffie Kisaragi y Aerith Gainsborough, junto a su tutor Cid Highwind. Pasó allí toda su adolescencia e infancia hasta que, un día, los mundos se restauraron, brindándole a León una nueva oportunidad.
“A partir de ahora protegeré estas tierras con mi fuerza, lucharé hasta acabar con cualquier amenaza. Protegeré a mis seres queridos, ahora y siempre.”
HABLIDAD
Lion’s fire.
Lion’s fire.
León inundará la hoja de su sable-pistola con un hechizo de fuego, haciéndola brillar con fuerza. Las llamas consumirán su espada, volviéndola un arma de fuego. Sus cartuchos se llenarán de pequeñas bolas de energía, rellenando los cañones, los cuales podrán ser liberados apretando el gatillo de su arma. Esto provocará una gran explosión alrededor de sus enemigos, causando además una metralla. Cada corte con su espada puede igualarse a los mordiscos de un león.
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Squall Leonhart- Guerrero
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